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Primera historia. ¿Creéis que es interesante?

 Intento pensar que además de ver animes puedo desarrollar mi imaginación ¿Qué os parece esta historia? 


Al abrir los ojos todo estaba blanco, solo blanco, tuve un momento de pánico ¿Qué era lo que estaba pasando? Era la pregunta que recorría mi mente, todo blanco no importa a qué lado mirara. Pero lo peor no era eso  ¿Cuál es mi nombre? ¿Quién soy?, mirar todo blanco ya me resultaba secundario. De repente empecé a oír una voz en mi cabeza, al principio era muy bajita.

O…oi….o…oy…. Oye... Oye ¿me escuchas? – una voz muy dulce se aclaró en mi cabeza

-¿Quién eres? ¿Sabes quién soy? ¿Por qué estoy aquí? – Pregunte rápidamente nada más escucharle

-Tranquilo, tranquilo, soy…  digamos que soy tu ángel de la guarda.-

-¿Mi ángel de la guarda? No te burles de mí, ¿Qué hago aquí?-

-Verás, siendo directos estas a las puertas de la muerte – al oír eso, un escalofrío me recorrió el cuerpo, no sabía ni mi nombre pero eso ya no importaba porque iba a morir.

-¿Qué estás diciendo? No sé ni mi nombre y resulta que me voy a morir, no bromees conmigo – le dije rápidamente de forma desesperada

-Ja ja ja, sabía que reaccionarias así, no estas muerto pero lo puedes estar aunque te voy a dar una oportunidad no me decepciones por que si lo haces morirás- podría no morir, no sabía en ese momento si lo que me decía era cierto o esto era un maldito sueño del que despertaría pero por ahora era mi única verdad

-Está bien,  ¿Qué debo hacer?- le pregunte mientras me sentaba.

-No recuerdas tu nombre ni ninguna otra cosa porque estas a las puertas de la muerte, la vida que has llevado hasta ahora ha sido desmedida y alocada, quiero que averiguas porque estas en esta situación, porque estas muriéndote-

-¿Por qué me estoy muriendo? ¿Cómo lo voy hacer? No recuerdo nada- lo que me decía era algo confuso y aumentaba mi desesperación.

-Eso es cosa tuya, pero por ahora es hora de despertar ¿no crees? Vamos, abre los ojos…-

Después de oír eso mi blancura en los ojos se iba convirtiendo en cosas nítidas, empecé a ver figuras de personas,  oír llantos, y menciones de gracias a dios. Había vuelto, había despertado.

-Hijo,  mi vida,  mamá está aquí, gracias a dios que despertaste- Hijo me llamaba la señora que me abrazaba llorando,  era mi madre, poco a poco lo iba recordando.

- ¿Dónde está papa?- mi padre fue lo segundo que recordé, lo último que recordaba es que iríamos a pescar el fin de semana.

-Mi amor tu padre… ¿no lo recuerdas? - ¿Recordar? ¿Qué tenía que recordar?... A partir de ahí vinieron muchos médicos y me hicieron preguntas sobre lo último que recordaba, y yo les contaba, lo que más les alarmada era que no sabía mi nombre por más que me preguntarán. Después de casi un mes en el hospital  y de enterarme que perdí dos años de memoria volví a mi casa. Al entrar en mi cuarto lo primero que hice fue tirarme a la cama y unir mi cara en la almohada, el sueño que tuve de la voz en el lugar blanco apenas lo recordaba con claridad pero no dejaba de parecerme tan real… sin darme cuenta me quedé dormido.

-Veo que te tomas con calma lo de averiguar porque te estabas muriendo- esa voz volvía aparecer pero esta vez no sonaba en mi cabeza, al levantar los ojos vi a una niña muy bonita que llevaba un vestido blanco, tenía una hermosa cabellera negra que le llegaba a la cintura.

-¿Quién eres? – Me levante rápidamente y la mire,  ella me sonrió de manera un poco miedosa

-Yo soy tu ángel, ¿no me recuerdas? Te dije que te iba a dar una oportunidad pero creo que la estas desaprovechando, se me olvidó decirte una cosa muy importante… solo tienes 3 meses para averiguar porque te morías y ya ha pasado casi un mes, yo que tú me daría prisa-me dijo

¿3 meses? Era verdad entonces ese sueño, al levantar la mirada esa niña ya no estaba, tenía 3 meses para averiguarlo o de lo contrario me moriría. Salí corriendo de mi cuarto y baje a la cocina en busca de mi madre y le pregunte desesperadamente porque casi me morí, pero ella lo único que hizo fue empezar a llorar y abrazarme.

¿Qué debía hacer? Estaba claro que mi madre sabía algo pero cada vez que le intentaba preguntar o lloraba o evadía el tema, lo bueno es que poco a poco iba recordando más cosas, pero aún no sabía dónde estaba mi padre ni tampoco donde esta Laura, mi novia, lo último que recordé de ella fue que la deje en su casa y nos besamos en el porche,  era nuestra segunda semana juntos.

Mientras caminaba por las calles vi de nuevo a esa niña,  estaba caminando sobre las vías del tren con una flor en la mano. Corrí hacia ella, y ella nada más verme sonrió, y me hizo una señal de que la siga, sin decir una palabra fui detrás de ella siguiéndola sin saber dónde me estaba llevando. De repente todo empezaba a estar borroso, la calle que estaba delante mío se estaba convirtiendo en otra que jamás he visto y conducía a un hotel bastante modesto. La niña se giró sonriendo y me miro, algo el brazo y señaló el hotel,  entendiendo rápidamente que quería que entrará ahí. Sin decirle nada fui hacia allí.

-A veces es mejor dejar de vivir engañado… aunque duela- fue lo que escuche mientras me dirigía al hotel.

Al entrar todo estaba oscuro, pero vi una puerta medio abierta a la que camine temeroso, fue entonces donde me di cuenta a lo que se refería la niña, parado ahí viendo por la pequeña abertura de la puerta estaba mi madre, besándose apasionadamente con un hombre, el cual obviamente no era mi padre.

Al salir del hotel la niña estaba sentada mirando una mariquita en el suelo.

Poco a poco te iré mostrando imágenes, no quiero que mueras así que te ayudare, pero tú también tienes que ir averiguando por tu cuenta, por ahora, volvamos al presente.

La calle volvió a cambiar y ya era conocida para mí, estaba claro que ver a mi madre con otro hombre no era lo único que tenía que saber, había más cosas aún. Corrí entonces a casa de Laura, si lo último que recuerdo es haberla besado podía significar quedan me quiere, que todavía estamos juntos y tal vez ella sepa algo.

Al llegar a su casa, corrí a tocar la puerta, pero nadie me respondió al parecer no había nadie en casa. Me senté en el porche a descansar por la corrida que hice y a mirar las demás casas hasta que ya estaba dormido.

Otra vez, estaba todo de uno color pero no era blanco, era negro. Todo estaba negro como la otra vez o eso parecía hasta que vi un espejo con un foco que lo alumbrada, corrí hacia el espejo y me mire en el observe mi rostro pero de repente empezó a cambiar y se había convertido en esa niña, pero era diferente, se veía más grande , parecía tener mi edad, me miraba fijamente y se le derramó una lágrima que al caer al suelo se convirtió en una gota de sangre, cuando levante la vista y me volví a mirar, solo me veía a mí.

Al despertarme ya estaba oscuro y no había nadie en la casa, entonces me fui a mi casa. Al llegar a casa en la puerta estaba mi madre discutiendo con 4 hombres pero se dio cuenta que yo estaba mirando y esos hombres se fueron. Le pregunte quienes eran pero ella solo entro y me dijo que tome una taza de leche y vaya a dormir.

Mañana tienes que volver al colegio, puede que vivas así que si lo haces continuaras con tu vida normal- la niña ya estaba en mi cuarto, tenía tantas preguntas que hacerle, pero a la vez no quería saber nada más.

Esa noche soñé con Laura, estábamos en un parque echados en el césped mirando el cielo, estábamos abrazados y yo sentía paz interior, de repente Laura se giró y me miro a los ojos –Si fueras tú, esto no sería más que recordar ¿no crees?, pero esto no es un recuerdo ….. Es ver algo nuevo- no entendía lo que me quería ¿algo nuevo?, entonces quise acariciarle la cara pero ella desapareció, en ese momento me desperté.

En los siguientes días fui al colegio, la mayoría de la gente me miraba y me preguntaba si ya estaba mejor, como obviamente me di cuenta nadie menciono mi nombre. Algunos me veían con mala cara o cara de pena, aun así no vi a Laura por ningún lado, estaría con sus padres de viaje como acostumbraba. Al quinto día de ir al colegio me percate que una chica me miraba pero yo no recordaba haberla visto, se acercó a mí y me abrazo, yo sin saber que hacer solo me deje abrazar.

Si no fuera por ella habrías muerto y no estarías aquí ahora- ya todo cambio de nuevo. – ¿Quién es esa chica? ¿La conocí durante el año que no recuerdo?- mi paisaje estaba cambiando a la parte trasera del colegio y empecé a ver a unas personas – esta vez solo veras la escena- me veía a mí mismo hablando con un grupo de chicos sobre que me tienen que pagar algo, uno de ellos saco el dinero y entonces yo saque una bolsita con algo verde, droga, vendía droga, ¿Por qué?

-Es increíble las estupideces que hace una persona por amor ¿verdad?-me dijo - ¿por amor? ¿a qué te refieres?, no entiendo porque vendo droga, nunca necesite eso, he vivido bien siempre- La niña me quedo mirando de forma seria – cambiemos de escena entonces- ahora me encontraba en casa de Laura, estaba en su cuarto con ella, se veía tan hermosa como siempre, quise correr a abrazarla hasta que yo le di una cachetada en la cara, seguía viendo la escena, ¿Por qué la pegue?, -estoy harta de ti, ya te dije la forma de que sigamos juntos si me quieres de verdad me tienes que ayudar – yo estaba ahí mirándola y asentí la cabeza, entonces ella saco bolsitas de un cajón y me las dio, tenía que venderlas.

-¿Fue por ella que yo empecé a vender droga?- le pregunte a la niña,- por eso digo que se hacen tonterías por amor, la amabas tanto que no te negaste a cualquier cosa que ella quisiera, para poder seguir pagando todo lo que ella quería, las fiesta, la ropa, tenías que vender eso- era sencillo entonces formaba parte de mis años olvidados.

-esa chica que vi, la que me abrazo ¿Quién es?- le pregunte -¿quieres verlo ahora? O ya tuviste suficiente...- es verdad que asimilar todo esto no era fácil pero quería saberlo –muéstramelo- le dije.

 Entonces nos trasladamos a un puente que estaba sobre una carretera, estaba mirando los coches pasar mientras lloraba, entonces esa chica me vio desde abajo y corrió subiendo rápido las escaleras, no pude escuchar lo que hablamos pero ella me abrazo –estaré ahí cuando lo necesites, te lo prometo- me decía mientras lloraba en sus brazos. – Ella era una nueva alumna de tu colegio, estaba enamorada de ti pero tú nunca te diste cuenta porque tu mundo era Laura- mira por último la escena mientras volvía al colegio de nuevo, pero ella ya no estaba abrazándome. Al regresar a casa vi en a puerta una figura que me parecía conocida, era mi padre, estaba en el salón con unas maletas -¿papa que haces?¿dónde has estado todo este tiempo?- le dije mientras veía a mi madre que venía de la cocina –aunque perdieras la memoria, no tienes derecho de llamarme padre, ¿tu madre no te lo conto de nuevo?, yo no soy tu padre- no podía creer lo que me estaba diciendo, espere tanto por verle, adoraba a mi padre. Él se paró cogió sus dos maletas y se fue mientras que yo lo miraba. A cerrarse la puerta mire a mi adre que lo único que hizo fue llorar. Subí a mi cuarto, ella tenía que estar ahí, al entrar la vi -¿Por qué mi padre me dijo eso?- ella lucia diferente, se veía como si hubiera crecido –estabas en el puente porque te enteraste de eso, tu madre le hizo creer que eras su hijo para casarse con él porque siempre tuvo dinero y así no criarte sola porque tu verdadero padre no se hizo cargo- un verdad más que sale a la luz, todo empieza a cobrar sentido, al mirar el calendario me di cuenta que ya pasaron dos meses y medio desde que desperté. Las lágrimas me empezaron a caer pero la niña simplemente se paró – queda poco tiempo, duerme, mañana sabrás el resto- se fue y yo me tire en mi cama a llorar toda la noche.

Al día siguiente no fui al colegio, me quede en mi cama esperando que apareciera la niña. A medio día ella estaba sentada en mi cama -¿preparado? Te mostrare lo último rápidamente, la niña ahora ya no era una niña, parecía de mi edad y se me hacía conocida pero no recordaba donde la vi. Me encontraba de nuevo en el cuarto de Laura donde le conté todo lo que descubrí de mi padre, en poco tiempo empezamos a discutir, y me decía que vender drogas no era sufriente para pagar todo lo que ella había gastado –róbale dinero a él, al fin y al cabo no es tu padre- no podía creer lo que escuche – lo hiciste, le robaste dinero al hombre que te crio- me dijo la niña ahora crecida mientras veíamos la escena, no podía creer que fuera capaz de hacer eso. Ahora la escena cambio a mi casa, volví a ver  esos hombres que vi discutiendo con mi madre, ella les estaba dando mucho dinero -¿Qué está haciendo?- le pregunte, -pagando tus deudas, aparte de robarle a tu padre pediste mucho dinero prestado a tipos que no convenían para seguir comprando más droga- la niña grande lloraba mientras veía la escena, yo lo único que hacía era mirar y sentir una puñalada enorme en el pecho. Se secó los ojos y me miro, -vamos a la última escena- me dijo mientras caminaba delante mío. Ahora estábamos en el colegio, la escena estaba borrosa, parecía que no había nadie en el colegio, mientras caminaba me acerque a la vitrina de trofeos y al mirarme en ella no vi mi figura sino la de la niña grande con sangre en las muñecas, pestañee fuerte y volví a ver mi figura. Entonces oí el sonido de una canica cayendo de las escaleras que conducían al segundo piso, me agache a cogerla y subí, al estar en el segundo piso oí unas voces que provenían de una de las clases, efectivamente había una clase con la luz prendida y la puerta medio abierta. Me acerque y allí estaba Laura con un chico

-me da pena todo lo que hace por ti cuando tú le engañas vilmente conmigo- le dijo el chico mientras la besaba – si no fuera por todo lo que hace tu y yo no podríamos vivir como lo estamos haciendo, pronto le dejare y podremos estar juntos sin escondernos- me estaba engañando, utilizando para lo que ella quería.

-¿me suicide verdad? No pude soportar todo esto e intente suicidarme, pero no lo conseguí – le dije –ella alzo la vista y yo me percate de sus muñecas al ver eso todo cobro sentido y empecé a recordarlo todo – no, no es por eso que estaba a punto de morir, eso es por lo que tu estas a punto de morir, todo lo que he visto es lo que te paso a ti- entonces ella alzo la vista y me di cuenta de todo.

-Yo soy Laura y tú eres yo pero cambiado, estabas enamorada de mi e hiciste todo eso para no perderme – Ella me miro con lágrimas en los ojos –yo también me estoy muriendo ¿verdad?- le dije mientras me di cuenta de todo el daño que le había hecho –nos estamos muriendo, los dos juntos, yo por haberme intentado suicidad y tú de culpa- Tenía razón ese último recuerdo apareció claro en mi mente, llevaron a Laura al hospital para intentar salvarle la vida, y al llegar ahí su madre me tiro una hoja a la cara mientras llora diciéndome que por mi culpa paso todo eso, al leer la nota había una frase “ojala pudieras sentir todo lo que yo sufrí por ti “ , entonces yo Salí corriendo del hospital hacia la carretera y no me fije que venía un coche, al que no pude esquivar.

-Me hiciste creer que era tu para que viera todo lo que te paso- ella sonrió y me observo – dime tu nombre- fue lo que me dijo -¿Mi nombre?- lo recordaba ahora claramente –Israel- le dije rápidamente –al fin sabes cómo te llamas, mi único deseo, lo que yo rogaba mientras cogía las tijeras era que ojala pudieras sentir todo mi dolor, jamás imagine que eso se cumpliría- siempre fue ella, esos dos extraños sueños que tuve me lo estaban diciendo. En ese momento me puse a llorar y arrodillarme en sus piernas pidiéndole perdón por todo lo que le hice.

-El arrepentimiento no sirve de nada ahora, te diré algo, tu no tuviste toda la culpa, fui yo la que acepte hacer todo eso por ti, yo fui la que estaba ciega de amor y hacia todo por no perderte- levante la vista y ella se giró y empezó a caminar.

-Va siendo hora de ver si vivimos o no, dentro de poco veremos si abrimos los ojos- mientras yo lloraba de culpa y veía como se alejaba – tienes que vivir, perdóname por todo esto- le dije mientras todo se volvía blanco. – No siempre hay una segunda oportunidad, pero cuando la ahí tienes que aprovecharla por muy dura que sea, a pesar de todo te amé- fue lo último que me dijo mientras todo se convirtió en blanco y ella desapareció.

Después de eso abrí los ojos y no sentía dolor ni nada, me levante y corrí a buscarla mientras mis padres, las enfermeras y el médico me miraban atónitos. Al llegar a su puerta y tocar, la imagen que vi era el comienzo de mi segunda oportunidad, una vida plagada de culpa que se presentaba ante mis ojos. Mi castigo era haber visto todo lo que le hice y seguir vivo.

Laura jamás despertó.



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